jueves, 20 de noviembre de 2014

Estilos de liderazgo... ¿cuál es el tuyo?

En cualquier compañía siempre se alza una figura que sobresale del resto: el líder. El líder puede ser tanto el CEO o director general de la empresa, el responsable de RRHH o un directivo intermedio con excelentes dotes de liderazgo que lo diferencian del resto. El liderazgo no entiende de rango o poderes dentro de la empresa sino del buen hacer, del cumplimiento de objetivos marcados y de una carismática personalidad que hace que el resto de personas le sigan con fe ciega.
tipos de liderazgo empresarial 

Pero el liderazgo empresarial puede ser de diferentes tipos o estilos. La personalidad del líder o su forma de actuar va a determinar un estilo u otro de liderazgo. Te mostramos los seis principales.

Formas y estilos de liderazgo empresarial

Seguidamente repasamos los estilos de liderazgo:
  • Liderazgo natural: se entiende como líder natural aquella persona que, pese a tener una actual sobresaliente en la mayoría de los casos, su figura no está reconocida como tal. Se caracteriza por tener grandes habilidades comunicativas y motivadoras entre las personas, así como satisfacer eficientemente las necesidades de su equipo de trabajo. Se le distingue del resto, y sobre todo del autocrático, en que no impone nada y todas las decisiones son llevadas a cabo con el consentimiento y participación de todas las personas, siendo en este caso muy parecido al liderazgo participativo.
  • Liderazgo participativo: muy parecido al anterior, este tipo de liderazgo, pese a tener él mismo la última decisión, no duda en consultar y evaluar las opiniones del resto de equipo de personas en el proceso de toma de decisiones. Su motivación principal es crear un gran espíritu de equipo donde cada individuo se sienta importante dentro de la organización y sobre todo valorado, teniendo así un impacto muy positivo en la motivación del grupo de trabajo. Los expertos en la materia recomiendan adoptar este tipo de liderazgo cuando sea de vital importancia trabajar en equipo y la calidad se imponga a la rapidez de sacar las tareas adelante.
  • Liderazgo autocrático: totalmente opuesto al liderazgo natural o participativo. Su principal características es el poder absoluto que tiene en la toma de decisiones, dando indicaciones precisas de cómo y cuándo llevar a cabo las tareas. Le gusta tenerlo todo bajo su control y gestiona a las personas con mano de hierro. En muchos casos, este estilo de liderazgo impacta negativamente en la motivación de las personas. Este tipo de liderazgo está recomendado por los expertos en aquellos momentos de crisis donde hay que tomar decisiones duras en beneficio de la compañía.
  • Liderazgo burocrático: se caracteriza por llevar a cabo las tareas según su “libro de estilo” y “hoja de ruta marcada”. No contemplan ningún cambio y en caso de surgir imprevistos cuenta con soluciones ya preparadas. No muestra demasiado interés en la personalidad de las personas ni en su motivación, siendo su empatía casi inexistente. Este tipo de liderazgo está recomendado principalmente en empresas donde siempre haya cierto tipo de riesgo laboral y se tengan que tomar medidas especiales. No tiene demasiado sentido dentro del trabajo de oficina.
  • Liderazgo carismático: el líder carismático sobresale del resto por sus cualidades innatas de inspiración y su poder de atracción hacia las personas. Se muestran siempre muy enérgicos al transmitir sus ideas generando satisfacción y entusiasmo dentro del grupo de trabajo; llegando incluso a pensar que sin la figura del líder carismático dentro de la organización no hay éxito. Entre sus principales deficiencias está el centrar demasiados los esfuerzos alrededor de esta figura puede llegar a ser un problema para la compañía el día que este abandone la organización.
  • Liderazgo transformacional: muchos expertos coinciden en que es el verdadero pilar dentro de los diferentes estilos de liderazgo empresarial. Puede parecerse bastante al liderazgo carismático en el entusiasmo que transmiten a las personas, aunque al final su ego no es tan grande y antepone el beneficio del grupo al suyo propio. Son una fuente de inspiración para sus equipos pero a la vez necesitan sentirse apoyados por el resto de personas. El líder transformacional, aparte de cumplir con los objetivos marcados de la mejor manera posible,  es el encargado de proponer nuevas iniciativas y agregar valor a las decisiones tomadas.






COMENTARIOS. Este artículo es buenísimo ya que nos dice los tipos o diferentes líderes que habemos, como ya lo mencioné en el artículo pasado, todos somos líderes pero cada humano es uno diferente o tenemos de varios. 

LIDERAZGO.

La palabra liderazgo define a una influencia que se ejerce sobre las personas y que permite incentivarlas para que trabajen en forma entusiasta por un objetivo común. Quien ejerce el liderazgo se conoce como líder.

El liderazgo es la función que ocupa una persona que se distingue del resto y es capaz de tomar decisiones acertadas para el grupo, equipo u organización que preceda, inspirando al resto de los que participan de ese grupo a alcanzar una meta común. Por esta razón, se dice que el liderazgo implica a más de una persona, quien dirige (el líder) y aquellos que lo apoyen (los subordinados) y permitan que desarrolle su posición de forma eficiente.
La labor del líder consiste en establecer una meta y conseguir que la mayor parte de las personas deseen y trabajen por alcanzarla. Es un elemento fundamental en los gestores del mundo empresarial, para sacar adelante una empresa u organización, pero también lo es en otros ámbitos, como los deportes (saber dirigir un equipo a la victoria), la educación (profesores que consiguen que sus alumnos se identifiquen con su forma de pensar) y hasta en la familia (padres o hermanos mayores que son tenidos como absoluto ejemplo por parte de sus hijos, por ejemplo).
 

Existen distintas clasificaciones de los líderes, que se establecen a partir de diversos criterios. Cuando un líder es escogido por una organización, se habla de un líder formal. Los líderes informales, en cambio, emergen de manera natural o espontánea dentro un grupo.
De todas formas, la clasificación más difundida es aquella que refiere al vínculo entre el líder y los sujetos a los cuales influencia (es decir, sus seguidores). En este caso, existen liderazgos democráticos, autoritarios y liberales (laissez faire).
El líder democrático es aquel que, en primer lugar, fomenta el debate y la discusión dentro del grupo. Después toma en cuenta las opiniones de sus seguidores y recién entonces, a partir de criterios y normas de evaluación que resultan explícitas, toma una decisión.
El líder autoritario, en cambio, es aquel que decide por su propia cuenta, sin consultar y sin justificarse ante sus seguidores. Esta clase de líder apela a la comunicación unidireccional (no hay diálogo) con el subordinado.
En cuanto al líder liberal, suele adoptar un papel pasivo y entregar el poder a su grupo. Por eso no realiza un juicio sobre aquello que aportan los integrantes, a quienes concede la más amplia libertad para su accionar.
Si el liderazgo es ejercido a partir de cambios en los valores, los comportamientos y los pensamientos de los miembros del grupo, recibe la denominación de transformacional.
Las bases para ser un buen líder son: mantenerse al tanto de lo último en el campo en el que se desarrolla el trabajo, observar la labor de otros líderes y modificar la forma de trabajo siempre que sea necesario. Por otro lado, las cualidades que debe tener alguien que ejerce el liderazgo son: conocimiento, confianza, integridad,y, por su puesto, carisma para inspirar a sus subordinados. 

Los mejor líderes son aquellos que son visionarios, que son capaces de comprender las situaciones productivas para la empresa antes de que estas se presenten, son innovadores y están a favor del cambio. Podemos poner como ejemplo a Bill Gates, un frustrado estudiante de Harvard, que gracias a sus cualidades de líder fue capaz de fundar una de las empresas más importantes en el sector tecnológico, Microsoft y, gracias a las decisiones que supo tomar y a que consiguió que empresas influyentes confiaran en él, se convirtió en la persona más rico del mundo. Él fue capaz de comprender que los ordenadores un día se convertirían en una parte indispensable de los hogares, y trabajó desarrollando los productos que lo permitieran, supongo que es el mejor ejemplo de un líder visionario.
Pero tener una buena idea no basta para convertirse en líder, es necesario saber llevarla a cabo y convencer a los que te rodean de que dicha idea es el mejor invento en el que se haya pensado jamás y que tiene como objetivo resolver nuestros problemas más importantes. Si conseguimos cautivar al público con nuestra idea, posiblemente nos convirtamos en un líder visionario y valorado por el entorno.
 


En otras definiciones... 
Otra clasificación de los liderazgos está determinada por la influencia del líder en sus subordinados. Cuando el líder es reconocido como autoridad dentro del grupo y los integrantes creen que aporta recursos importantes, el liderazgo es transaccional.

Otra definición del término es la que se encuentra en el Diccionario de Ciencias de la Conducta que define el liderazgo como las cualidades de capacidad y personalidad que permiten que alguien se convierta en guía de un grupo, controlando a todos los individuos que de él forman parte.





COMENTARIOS.  Me gusta mucho este artículo ya que el liderazgo lo tenemos todos, todos somos líderes pero en diferentes tipos, pero en sí, se sabe que un líder es aquel que sabe llevar un grupo por sus capacidades, ya que está al frente de algo, pero no solo es el que manda si no que además de eso, dirige y apoya por sobre todo a sus subordinados y quiere el bienestar de todos. (:

jueves, 13 de noviembre de 2014

Estrategias básicas de cambio

Estas estrategias ayudan a las personas a visualizar sus propias necesidades y estas ayudan a mejorar pues esto es el principal objetivo el mejoramiento para lograr un mejor manejo de aquello que no es suficiente para desempeñar ciertas necesidades, para esto se tiene que ubicar que es lo que se quiere cambiar y por qué, también es bueno crear un objetivo pues para generar un cambio se tiene que saber que es lo que se quiere lograr. 
 
 
  
 
 
A continuación están estructuradas las principales estrategias para el cambio.
1. Facilitadora.
  • Diseminación de información acerca de problemas y posibles soluciones.
  • Concientizar a la gente de su situación actual y como podría mejorar.
  • Se asume que la organización reconoce sus problemas y que es necesario actuar al  respecto, y  que acepta la “ayuda”  de afuera para producir los cambios, hacia donde     cambiar e inclusive como cambiar.
  • Debe existir un amplio consenso en la organización respecto a lo descrito en el inciso anterior.
  • Si se prevé mucha resistencia al cambio, esta estrategia es poco efectiva
2. Reductiva.












  • Consiste en promover el cambio mediante la producción de aprendizajes  de nuevos conocimientos, actitudes y conductas. Se apoya en principios de “racionalidad” ante las necesidades de cambio.
  • Se proporciona la educación técnica que servirá a los receptores para resolver sus problemas con las soluciones que ellos decidan.
  • Generalmente requiere amplios periodos para introducir los cambios.
  • Se requiere que el receptor acepte su insuficiencia técnica ante sus problemas por resolver.
  • Es útil cuando el receptor  “siente” la necesidad de resolver los problemas, pero solo no los comprende plenamente y no es capaz de resolverlos por sí solo.
  • El proceso educativo puede disminuir muchas resistencias al cambio.
  • Los cambios con esta estrategia disminuyen la incertidumbre ante las posibles nuevas situaciones.
  • Se logran buenos grados de “concientización” con esta estrategia.
  • Es recomendable en programas de cambio que implican innovaciones muy novedosas y diferentes en relación a las prácticas vigentes.
3. Persuasiva.
  • También se vasa en principios de racionalidad pero a través del convencimiento y la inducción argumentada. (Esta estrategia es común en las relaciones interpersonales cotidianas en muchos contextos).
  • Es una buena forma de crear actitudes abiertas ante los posibles cambios.
  • Cuando no se reconoce la necesidad del cambio es una forma efectiva de concientizar   e inducir.
  •  Inclusive lograr altos grados de compromiso al cambio.
  • Previene resistencias posibles  al cambio.
  • Requiere menos tiempo que la estrategia re-educativa.
  • Es recomendable en programas de cambio amplio y complejo.
       4. De autoridad.
  • Se presenta cuando el receptor tiene la obligación necesaria de aceptar al agente de cambio.
  • Puede ser efectivo en problemas muy concretos y delimitados, pero no en amplios programas de cambio.
  • Si se prevé fuerte resistencia al cambio, esta estrategia puede ser utilizada.
  • Si el tiempo debe ser breve, esta estrategia es efectiva.
  • Pero se producen muchos efectos negativos en la gente y en los propios cambios.
  • Se maneja y se aplica  el termino (FODA) fortaleza, oportunidades, debilidades y amenazas.
   
 
 
FUENTE. http://trabajounidad6.blogspot.mx/
COMENTARIOS.  Me gustó este artículo ya que dice que dichhas estrategias nos ayudan demasiado a nosotros como personas a ver las necesidad que uno tiene y como su nombre lo dice nos ayudan a mejorar para el mejor manejo de lo que no se es suficiente para hacer las cosas o necesidades que uno tiene. Es por eso que debemos visualizarnos y saber que es lo que queremos cambiar, para así generar lo que queremos nosotros lograr :)

martes, 11 de noviembre de 2014

Desarrollo del talento humano.

 
El desarrollo del talento humano como ventaja competitiva es un tema relevante hoy, mañana y lo será siempre porque convivimos con la crisis económica y social, trasformaciones de empresa, despidos, pero todas aquellas empresas que hayan interiorizado la importancia de contar con los mejores equipos humanos y de construir el compromiso con sus profesionales gozarán de posiciones privilegiadas. 

El talento es un activo estratégico de las empresas. El nuevo paradigma empresarial está centrado en las personas y en los resultados. En la medida en que se cree en él y se actúe en consecuencia –no solo de palabra– se podrán aumentar los beneficios e incrementar la satisfacción personal.
La felicidad parece que está muy cerca de nuestras potencialidades y si una organización nos ofrece la oportunidad para conseguirlo, nuestra autorrealización será aún mayor. Así pues, podemos decir que la gestión del talento ayuda a alcanzar resultados y, de paso, felicidad personal.
En la actualidad, las compañías han de basar su ventaja competitiva en estrategias que se apoyen en la cercanía con el cliente, en la velocidad de respuesta y, por supuesto, en la capacidad de innovación.


El centro es el cliente
 El centro de actividad de una empresa es el cliente y nada tiene sentido si no supone un beneficio para él. Las empresas se tienen que esforzar en ofrecer productos y servicios de mayor calidad y con mayor agilidad. Los clientes son cada vez más exigentes, lo que obliga a las empresas a ser más flexibles, eficientes y a tener mayor capacidad de reacción. Aquellas instituciones que sepan ser innovadoras, creen nuevos productos o se adentren en océanos azules, podrán diferenciarse de sus competidores. Pero para ello, es necesario una pieza fundamental: el talento.
 

El activo más valioso
El talento es el activo más valioso de las compañías. Tanto es así que vivimos en lo que se ha denominado “La guerra por el talento”. En la actualidad, las compañías compiten en varios frentes: por una parte, captando y fidelizando a los clientes (externos); y por otro lado, atrayendo y comprometiendo a los profesionales (interno). En la medida que una empresa sea capaz de crear valor para sus profesionales, será capaz de crear valor para sus clientes. La importancia del talento no es una moda, sino una necesidad. Sin embargo, se ha convertido en un activo cada vez más escaso. Siendo el talento el recurso más valioso y escaso, es, con frecuencia el peor gerenciado. Probablemente porque el talento es un recurso que los humanos solo aportamos si queremos. Con frecuencia olvidamos que el talento no solo consiste en conocimiento y capacidades, sino además en compromiso y acción. Todos ellos juntos son los que proporcionan resultados excelentes.
Cada día, al finalizar la jornada de trabajo, el talento sale de la empresa y se va a dormir a casa. Es, por tanto, un activo que pertenece a la persona y que ha de ser bien dirigido y administrado por los líderes organizativos que se precian de gerenciar eficazmente activos y patrimonios que no le pertenecen. El talento desaparece dramáticamente de las organizaciones cuando la rotación de buenos profesionales es desmesurada.
La gestión del talento en las empresas es compleja y sutil, y tiene como ingredientes imprescindibles el saber identificar, captar, desarrollar y retener el talento. Saber llevar a cabo todas estas operaciones no es fácil. Hay empresas que son excelentes captadoras de talento y no aciertan a desarrollarlo o retenerlo. Cada vez es más valioso el liderazgo capaz de balancear todas estas labores con el talento humano con fines del desarrollo de las organizaciones y de las personas. Sobre estos puntos vamos a reflexionar seguidamente:
Que estamos en la era del talento es algo que nadie puede poner en duda, esto significa en la práctica que el talento se ha convertido en el mayor patrimonio de la organizaciones, puesto que el desarrollo tecnológico, la globalización y los avances de los mercados de capitales han facilitado el acceso a la financiación, a la tecnología y a los clientes, y por ello han convertido al talento en el recuso más valioso y escaso.

Talento = Resultados
Los océanos azules, a diferencia de los rojos, los constituyen las empresas que crean espacios sin competencia en el mercado, captando y creando nuevos clientes, como los apasionados seguidores del Cirque du Solei. La clave del éxito, se basa en la innovación en el valor, es decir, crear valor al cliente al mismo tiempo que se reducen los costos.
La innovación se ha convertido en el “pan nuestro de cada día de las empresas y el pulmón con el que respiran en mercados tan competitivos.
El Cirque du Solei, Appel con iPod, Toyota con la marca Lexus, Nokia con su diseño y tecnología, son empresas capaces de revolucionar su sector o de crear incluso uno nuevo. La innovación no es una moda o una elección, es una necesidad en el mercado global en el que vivimos. Y la mejor receta es gestionar el principal y el único activo de la innovación: el talento de sus profesionales.
Es importante señalar que el talento es la materia prima de la innovación, pero la tecnología aporta la velocidad necesaria. Ambas son imprescindibles, como lo son conductor y automóvil para ganar una carrera. Y una tecnología de punta sin talento es como un magnífico Ferrari rojo cereza situado en una carretera... sin conductor. Algo magnífico de contemplar pero sin posibilidades de ganar ni una sola carrera.
Pues bien, si la innovación requiere velocidad, esta va ser uno de los rasgos de las organizaciones y de los profesionales con talento: actuar con celeridad. Si no, el futuro no parece nada halagüeño.
“NO ES EL PEZ GORDO EL QUE COME AL CHICO; SINO EL MÁS RÁPIDO AL MÁS LENTO”.

El profesional con talento

Miguel de Cervantes, Leonardo Da Vinci o Louis Pasteur tenían talento. ¡Qué duda cabe, pero cuando hablamos de talentos que requieren las empresas para innovar y adelantarse al mercado, no estamos pensando en ese tipo de talento genial. Nos estamos refiriendo a otra clase, al que caracterizó por ejemplo a Pelé, a Simón Bolívar que contribuyeron a que alcanzaran resultados superiores, extraordinarios, más bien un equipo de fútbol o un ejército; en definitiva, una organización.
Aunque el diccionario de la lengua defina al talento como una capacidad individual, más vinculada a la inteligencia, nos vamos a referir a aquel que necesita de una organización para desarrollarse plenamente y que va más allá de la inteligencia lógico-matemática.
De esta manera, definimos al profesional con talento como un profesional comprometido que pone en práctica sus capacidades para obtener resultados superiores en un entorno y organización determinados, en otras palabras, es la materia prima que constituye el talento organizativo.

El peso del talento
En ninguna colección de numismática del mundo es posible contemplar un talento. No porque no se haya encontrado todavía, sino porque nunca ha sido una moneda, pese a lo que tradicionalmente se piensa. El talento era una unidad ponderal (25,5 gramos) proveniente de Babilonia, que se utilizaba como tipo de cambio en las transacciones en la Grecia Antigua.
Su evolución terminológica y el hecho de asociarlo con una moneda se debe a la Biblia. En una de sus parábolas se narra cómo un mercader tenía tres criados a los que les repartió cinco, tres y un talento antes de partir de viaje. Mientras los dos primeros lo invirtieron e incrementaron el importe asignado, el último lo escondió y conservó la misma cantidad. Cuando volvió el mercader, alabó a los primeros y reprendió al tercero... ¿El motivo? En términos económicos, porque no había alcanzado resultados pese a haber tenido el potencial.
Pues bien, definimos al profesional con talento como aquel que alcanza resultados superiores dentro de una organización. Lo sugiere de alguna manera la Biblia: talento = resultados.

Depende de la organización y de los roles
El profesional con talento alcanza resultados superiores, pero necesita estar en una organización que se lo permita y que le motive.
Cada organización necesita de un talento y cada profesional puede desarrollarse mejor en unas organizaciones que en otras, en unos roles que en otros.
Existen diferentes tipos de talentos: talento directivo, talento comercial, talento técnico, talento operativo. Cada uno requiere unas capacidades diferentes y maximiza su aportación de valor desde un rol determinado. Un profesional que no alcance resultados superiores no significa que no pueda hacerlo en otro entorno, en otra empresa o en otro puesto.
Un talento diferente es el innovador y emprendedor. Es una clasificación trasversal puesto que cualquier profesional desde su rol puede innovar. Este tipo de profesionales son los que más valor añadido aportan en la empresa, pero tienen dos inconvenientes: Por una parte, son los más escasos en el mercado laboral y, por otro lado, no sobreviven en todas organizaciones, solo en aquellas que generan talento organizativo.

Fractura el statu de las organizaciones
“Es difícil encontrar personas con talento, no tanto por los conocimientos, sino por la falta de compromiso, la capacidad para trabajar en equipo y la disposición a la movilidad”, dijo Mario Armero, presidente de la General Electric en España.
La principal característica del profesional con talento es que alcanza resultados superiores. Sin embargo, en nuestra actual economía, el mejor resultado, el superior, es la innovación. La innovación no se alcanza con la tecnología, ni con el capital, sino con los profesionales que están detrás y que cuestionan lo establecido.
Los profesionales con talento innovador son capaces de fracturar el statu quo de las organizaciones, provocar el cambio y reinventar la compañía. Son la mejor ventaja competitiva de las empresas y sus resultados difieren cada vez más del resto de profesionales.
Pero decíamos al principio que el talento emprendedor e innovador tiene dos inconvenientes: primero, no sobrevive en todas las empresas, en especial en aquellas jerarquizadas, donde se impide cuestionar lo establecido. Los profesionales innovadores se caracterizan por el inconformismo y la crítica del statu quo. Son los más exigentes y los más críticos con la gestión. Al mismo tiempo, son los que más pueden aportar. Si no fueran así, tampoco tendrían este tipo de talento.

Componentes
El talento requiere de tres ingredientes básicos: CAPACIDAD, COMPROMISO Y ACCIÓN.
    

Analicemos cada uno de estos componentes:
1) Las capacidades son los conocimientos, habilidades y competencias o actitudes.
2) Si las capacidades constituyen el sustrato básico del talento, el compromiso es el motor para que el profesional aporte lo máximo posible y no se marche a otra compañía. La empresa, al igual que desarrolla las capacidades, también puede fortalecer el compromiso, motivando y pagando por ello. 
3) En nuestra actual economía, la acción significa velocidad, la innovación es constante. Puesto que no puede detenerse la evolución de la tecnología, lo mejor es posicionarse en primera línea y hacerlo antes que otro. El profesional con talento no puede dejarse arrastrar por lo que Juan Carlos Cubeiro califica el síndrome de la almohada asesina o el hábito de consultar con la almohada, que demora la toma de decisiones.

Tres. El talento requiere de tres ingredientes básicos: Capacidad, compromiso y acción para marcar la diferencia.
Superior. Profesional con talento alcanza resultados superiores, pero necesita estar en una organización que se lo permita y le motive.
Estatus. El talento innovador es capaces de fracturar el statu quo de las organizaciones, provocar el cambio y reinventar la compañía.
Activo. El talento es un activo estratégico de las empresas dando lugar a un paradigma centrado en las personas y en los resultados.
Océanos. Los océanos azules, a diferencia de los rojos, los constituyen las empresas que crean espacios sin competencia.




COMENTARIOS. Me gustó mucho este artículo porque todo lo que se dice está sumamente acertado con lo que se es como talento en las diferentes empresas,  a mi punto de vista creo que es muy importante tener y conservar el talento humano en las empresas ya que forma una gran parte de la innovación, formación y éxito en una organización.  

jueves, 6 de noviembre de 2014

Tips para una comunicación efectiva.

Para aprender a comunicarnos de manera directa y clara, debemos lograr un equilibrio entre la autenticidad y el respeto. La asertividad nos ayuda a no sentirnos culpables por decir...  Comunicarse de manera efectiva y asertada.  


Para aprender a comunicarnos de manera directa y clara, debemos lograr un equilibrio entre la autenticidad y el respeto. La asertividad nos ayuda a no sentirnos culpables por decir lo que pensamos, lo que sentimos y lo que queremos.

En mucha ocasiones no logramos continuar ascendiendo en un ambiente laboral debido a la falta de habilidades, tanto para comunicarnos, como por la necesidad de mejores relaciones sociales en dicho empleo.

La habilidad de saber comunicarnos está en saber en cada situación: Qué quiero decir, qué mensaje quiero transmitir; a quién se lo quiero transmitir y cuál es el mejor momento para hacerlo, y de qué manera voy a lograr que mi mensaje sea claro y comprendido.

Si logramos conjuntar estos cuatro elementos, hay más probabilidades de que tengamos éxito y logremos una comunicación efectiva en todas nuestras relaciones.

La comunicación efectiva y asertiva da a las personas las herramientas necesarias para poder comunicar e informar de una manera clara y simple, y así, generar mayor productividad y satisfacción en las interacciones humanas.

El objetivo de este tipo de capacidad se enfoca en desarrollar habilidades que permitirán mejorar la comunicación personal, incidiendo de manera efectiva en la comunicación social organizacional, así como en los resultados de personas y equipos de diversos ámbitos.

 

A continuación encontrarán una serie de recomendaciones para ser un comunicador efectivo y asertivo:

1. Mira a la persona que está hablando

2. Hacer preguntas. Muestra interés para que captes interés.

3. No interrumpas; reconoce el momento adecuado para intervenir.

4. No cambies el tema de imprevisto.

5. Muestra empatía  por la persona que habla.

6. No controles la conversación. Permite la retroalimentación y diversidad de opiniones.

7. Responde de manera verbal y no verbal.

8. Juzga sólo el contenido y no a los interlocutores.

9. Comunica tus emociones y opiniones.

En este sentido, adoptar una conducta asertiva permite a la persona actuar para su interés, afirmar o declarar lo que piensa sin que le cause ansiedad, expresar sus emociones cómodamente y en forma honesta, así como imponer sus derechos, sin negar los derechos de los demás.



COMENTARIOS PERSONALES. Estoy muy de acuerdo con el autor de este artículo, ya que al tener nosotros una conducta un pensamiento asertivo y efectivo, nos permite aclarar las cosas que antes nos causaban miedo, además de que gracias a esto nos expresamos sin sin alguna vergüenza, así como defender todo lo que pensamos, defender nuestros derechos. 
Gracias a esto, nos dan tips para poder llevar a cabo una muy buena comunicación asertiva, así que ¡a ponerlos en práctica! ;)